domingo, 3 de junio de 2007

LA MALDICIÓN DE LA FLOR DORADA


De la trilogía de los chinos peleones (Hero, The House of the Golden Flower y ésta) es la que menos me ha gustado, la acción y la espectacularidad está condensada entre conspiraciones palaciegas y amoríos telenovelescos -- y Zhang Yimou no ha conseguido la armonía yingyangesca entre éstos dos géneros. Decir que en algunas ocasiones me he aburrido, eso es malo-malo, tsk . El guión es bien flojillo (porque, a ver... si quiere matar a la Emperatriz, porque no la mata y punto, la degolla y listo, a calentarse el cuerpo con vapores de nuevo y a tirarse a una concubina... o si la Empeatriz sabía que el Emperador conocía sus planes de golpe de Estado, no habría sido más inteligente cambiar el día y la hora del ataque?, ¿o es que la sangre no le llegaba al cerebro de lo apretado que tenía el busto?, y así mil cosas) y ésta es la peli más susceptible de verse cómo humolamalillo de las que ha hecho Yimou , quiero decir, ésa que le pones a un paleto y se te mea por la patabajo de la risa con los chinos imaginándoselo todo como un gran sketch de El Informal . Porque... ésa reina (y no me refiero a Gong Li ) soltándose la larga melena lacia a lo anuncio de L'Oreal , ése traje de buzo amarillo que me lleva en el hosterío , ésos planos del hermano menor chino saliendo de la nada y poniéndo cara del perro conspirador del episodio de Los Simpsons (el de ) cada vez que pasaba algo truculento ( ), ésa gran restaurante chino cómo decorado, ése product-placement masivo anacrónico de WonderBra, ése drama desmesurado que dejaría a las tragedias shakespirianas en bragas en el que no queda vivo ni el apuntador -- hablándo de éste, gran papel el suyo en estar gritando todo el rato "Aquí llega el principe HuaAAaaaAAAaaan" (me encantaba cómo acababa la frase ) cada vez que entraban en alguna habitación, y me hizo gracia porque nunca se sabe quien dice eso y algunas veces no hay nadie en pantalla y se sigue oyendo , es trabajo para Friker Jiménez ... y también están las interpretaciones: dejando a un lado a la siempre inmensa (y aquí además inmensamente voluptuosa) Gong Li y su mentón hueloapedo, con más pinta de travesti que nunca , pero decente en su papel (con un par de momentos dramáticos de calidad ) y un Chow Yun Fat comedido (y en una escena en concreto locaza maltratadora ), los otros chinos, buff ... sobre todo el príncipe heredero ... ¿La música?. Hombre, no es tan preciosa como la de Flying Daggers, pero está bien, aunque bien es cierto que no es tan destacable como en otras películas de Yimou. La fotografía tampoco destaca mucho.Heeey, pero no se vayan todavía, que no es todo malo en la viña del Señor .Qué está, mmm, el cargado diseño de vestuario (Oscar arrebatado injustamente ), el pomposo maquillaje, los grandilocuentes escenarios (el exterior del Palacio es inmenso, y cuándo están todas las margaritas allí, muy potito), los incalculables (y agradecidos) escotes de chinas dónde podías pasar la targeta Visa , los momentos excéntricos de divismo (el baño, la sauna, el momento Maraya Cari despreciando a su asistenta tirándole la toalla a la cara , etc... me encanta todo eso ) y, sobre todo, las escenas de acción. La batalla final es hiper-espectacular (aunque alargada, y eso cansa un poco ), nada que envidiar a las producciones yankis . Pero, sobre todo, me ha ENCANTADO, toda la escena en el poblado aquél dónde se va a vivir el doctor, la mujer y la hija... cuándo llegan de noche los soldados del Rey (¿eran los mismos extras que hacían de los Inmortales en 300? ) y bajan de las montañas con las cuerdas ésas y en el cielo se forma ésa preciosa imágen de los soldados cayendo , y todo lo que sigue, la lucha, la persecución a caballo, etc... Bonito bonito.
En definitiva: bonita de ver, pesada de seguir.Un, mmmm, 6 o por ahí.

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